Molinos de barco trabajaban durante varios siglos en el Rin frente a Ginsheim. Hasta 22 molinos estaban anclados aquí al mismo tiempo. Hasta bien entrado el siglo XIX estaban situados directamente delante del pueblo en el Viejo Rin; más tarde se trasladaron a la corriente principal. El grano, así como el material molido se tenían que llevar mediante barcazas de remo a los molinos y de vuelta otra vez. Un trabajo arduo.
El crecimiento constante de la navegación también trajo grandes problemas. Los molinos se situaban exactamente donde los barcos que navegaban río abajo por el Rin querían usar la mejor corriente. Además, frecuentmente se producían accidentes, cuando se engancharon molinos y se hundieron por la fuerte oleada causada por los buques de paletas.
Es de destacar que el último molino de Rin trabajó aquí en Ginsheim, y eso hasta 1928. En la década de 1930 se trasladó a Mainz, donde ya entonces se quería establecer como un molino museo. En 1945 una bomba causó el daño total de este último molino. Hoy ya no queda nada del mismo. La reconstrucción muestra lo dificultoso que era el oficio de los molineros. Y lo razonable y con qué medios tan sencillos nuestros antepasados elaboraron soluciones asombrosas y altamente eficientes.